
Entre el Cielo y la Tierra
Aparece una red de coordenadas materiales que sostienen y afirman el lenguaje de múltiples personajes, construyendo un mundo propio que se entreteje a través de hilos, nudos y cabezas de cerámica Como un rizoma, estos hilos y nudos albergan y sostienen las cabezas, pequeñas individualidades que se repiten y renuevan una y otra vez. La cabeza: única, insistente y expresiva, se expande y agrupa entre la trama que las sujetan y a la vez las mantiene unidas. Esta cartografía evidencia un presente continuo,un aquí y ahora, donde diferentes materialidades se mezclan y ensamblan, haciendo eco, como diría el filósofo Byung Chul Han, de un formato de hiperculturalidad en donde todo se encuentra vinculado, nada es lineal. De este modo las cabezas y el tejido se entrelazan para constituir un todo único y a la vez múltiple. Presencias reiteradas en una realidad de incertidumbre, donde el tramado marca paso a paso una estrategia, pactos y acuerdos. Estas conexiones permiten la unión y sostén para conformar un todo, estableciendo nexos entre todos los nudos del espacio donde se juntan. Desde allí evocan el poder de las relaciones interpersonales, la dependencia del hombre a sus raíces y las relaciones fluctuantes, azarosas y conflictivas de la cultura contemporánea